miércoles, 6 de agosto de 2014

Carme Conill Vall en la Memoria

  Hace unos días, unas horas, nos dejó la compañera Carme. Hoy la han despedido sus compañeros de lucha.Nosotros lo hacemos también desde la distancia. Reproducimos a continuación las palabras de nuestro amigo Ramón


 Ramón Franquesa
    Los compañeros de lucha hemos elegido para esta despedida el tiempo de las cerezas, una canción que no es un himno, sino más bien un lamento nostálgico del futuro que quizás no podremos ver. Un poema de los derrotados de la Comuna de París, en que reivindican el derecho a soñar, a persistir en la esperanza de un mundo de cerezas en flor.
      Amigas y amigos, gracias por compartir esta despedida a nuestra amiga y compañera. Carme Conill que nos ha dejado después de que una enfermedad repentina la haya mantenido apartada de la primera línea en los últimos tiempos.
Ha sido una activista por el socialismo, la paz y la democracia, es decir, una luchadora por un mundo mejor. No era un personaje público, como miles de personas valiosas que ayudan a cambiar este mundo, fue siempre ignorada en los medios de comunicación. Pero a pesar del silencio que un sistema injusto impone a personas como ella, trabajó de manera persistente para transformar una realidad que sabía injusta e insostenible. Su lucha venía de largo, cuando en los años 60 su hermano Jordi Conill fue encarcelado por actividades libertarias a la terrible prisión de Burgos. Un lugar donde hacía pocos años había muerto Joan Comorera enfermo de frío y desnutrición.

Muchos de los que nos han gobernado en Cataluña han vestido estos últimos 40 años sus miserias, reivindicando haber participado en la lucha contra la Dictadura. Eso si intentando hacer un inmenso ejercicio de desmemoria histórica de lo que en realidad pasó. Por supuesto no todos los que han mandado de verdad en Cataluña fueron antifranquistas, familias como los Pique, Estivill, de la Rosa vivieron acomodados en el viejo régimen. Pero tampoco los que se opusieron al franquismo, lo hicieron de la misma manera: Unos recibían multas y otras iban a cárceles inhumanas por largos años. Su hermano al salir de la cárcel era incapaz de leer un cartel a más de veinte metros, porque después de años encerrado en pequeñas celdas había perdido la visión del horizonte. En cambio la prisión aumentó otra capacidad de visión y conocimiento. Burgos era de hecho la Universidad del mejor antifranquismo. Jordi maduró en aquel infierno y golpeado por el fusilamiento de Grimau pidió el ingreso en el PSUC para ocupar su lugar. Y Carmen siguió sus pasos.

Carmen aprendió a analizar la realidad ya luchar para cambiar las cosas, incluso cuando parecia que el adversario es omnipotente y es imposible avanzar. Incluso cuando las personas del entorno aceptan resignadamente un orden injusto. Ella desarrolló la capacidad para buscar y encontrar los caminos para denunciar, resistir, obtener victorias y construir alternativas.
Desde los 70 fue muy activa en los movimientos sindicales y vecinales. Avances en los convenios de los trabajadores de justicia o realidades como el Parque del Clot llevan un grano de arena de su empuje. Como tantas de las personas más valiosas que han hecho avanzar la sociedad, nunca pidió a cambio ningún privilegio ni reconocimiento, más allá de la fraternidad de los compañeros. Por eso, nunca se acomodó ni se resignó, nunca practicó lo contrario de lo que pensaba y proclamaba.
Carmen no era de las personas que se dejan embaucar con etiquetas vacías de contenido. No era una creyente fanática que se dejara engañar por retóricas invocaciones a grandes principios o deslumbrar por liturgias solemnes, si por debajo encubrían la resignación y la aceptación de que todo siga igual por debajo de cambios aparentes. Tampoco fue una persona sectaria, incapaz de reconocer la posibilidad de que trabajando para cambiar las cosas, las personas cambiaran. No analizaba las personas pidiendo de dónde venían, sino a donde iban. Y si estaban dispuestas a tomar su carga por defender los derechos y la dignidad en cosas concretas, el pasado no era obstáculo para trabajar con quien fuera.
Y no fue fácil mantener con la sonrisa en los labios esta actitud. Por un lado se vio hostilizada por aquellos que desde organizaciones con un glorioso pasado, practican puertas adentro lo que denuncian de puertas afuera. Por otro por los jóvenes que se incorporan a la lucha y que ignorantes del pasado y del valor de personas que han luchado toda una vida, con la soberbia de la juventud desprecian el valor de la experiencia, ignorando las trampas de la precipitación o el sectarismo.
A unos y otros su respuesta ha sido la ironía, la contención y la energía para seguir adelante sin sucumbir a rencores, ni confrontaciones estériles.
Como muchos que hoy nos acompañáis, Carmen mantuvo una actitud muy crítica frente al orden imperante, incluso en los tiempos en que las burbujas especulativas parecían dar la razón a los profetas del final de la historia. Cuando implosionó aquel artificio dorado de crecimiento insostenible a crédito, y las plazas se empezaron a llenar de gente indignada, ella se reconoció de inmediato en los nuevos movimientos emergentes. Ella ya era una persona indignada con el sistema. Los nuevos movimientos frecuentemente sin saberlo, tenían su matriz en experiencias muy anteriores, nada ajenas a la Ciudad de la rosa de fuego, que ha sabido mantener su calor rebelde desde el siglo XIX, a pesar de todas las apariencias de supuestos oasis. Eran los nuestros y su lucha era la nuestra. Ella nunca lo dudó y retornó a su activismo más intenso y productivo. Carme fue una las últimas desalojadas de la Plaza Cataluña. Su energía y capacidad nos enseñó que la medida de la juventud de una persona no está en los números que aparecen en el DNI.
Pero de golpe nos hemos dado cuenta de que los años si pesan. Carmen nos ha dejado con el orgullo del trabajo hecho. Ha sido siempre capaz de terminar las tareas que asumió. Joven de espíritu y vital, era muy seria en el cumplimiento de los compromisos que aceptaba, una manera de ser hoy poco frecuente en que en un mundo de videoclips y tweets, a muchos se les escapa la rabia en desahogos de relámpago, que se disuelven tan pronto como han llegado. Carmen había aprendido a la sabiduría de la persistencia, de la labor de larga duración, el rigor y la carrera de larga distancia. Sabía que lo importante no era el gesto de furia, sino llegar hasta cada meta que nos proponemos. Deja orgullosamente un hijo maduro y autónomo que ha tenido a su lado toda la vida y muy especialmente en el transcurso de su enfermedad. Deja una ex pareja con quien reconstruyó una cordial relación y que supo cuidar con generosidad en momentos bien difíciles, por encima incluso de la enfermedad que probablemente llevaba larvada.
Pero a mí me toca destacar en esta despedida que en el cumplimiento de sus compromisos, ha dejado en pie organizaciones que contribuyó a crear prácticamente de la nada y que llenan espacios de lucha, imprescindibles en el hoy incierto en que nos toca vivir.
Fundadora de EUiA y de la Esquerra Plural federalista ha sido siempre defensora de del despliegue de una propuesta que defendiendo los derechos nacionales de nuestro pueblo, pusiera el acento en promover las identidades de matriz social y no en las divisiones de carácter patriótico.
Carmen ha sido el alma de Fil Roig asociación para la preservación de la memoria histórica, un espacio en que a pesar de ir desbordada de múltiples tareas, nunca abandonó. Bastante había aprendido que los pueblos que olvidan su pasado están condenados a repetir sufrimientos y desastres.
En los últimos dos años, buscando caminos de respuesta efectiva a las agresiones sociales que padecemos, impulsó la creación del Frente Civico Somos Mayoria, del que entre otras cosas presidió su asamblea constituyente. Por cierto, una reunión muy difícil de gestionar y que a pesar de muchas dificultades llegó a buen puerto, gracias a su empuje y buenas maneras.
Finalmente no puedo dejar de destacar que ha tenido un papel fundamental en la organización de la XSUC-S21, un instrumento de reflexión y organización que pretende ayudar a refundar un proyecto socialista y emancipador para el siglo 21.
La propuesta hecha publica hace unas semanas de confluencia de espacios políticos y sociales, de cara a las próximas municipales, para impulsar un proceso constituyente desde abajo, a partir de propuestas inclusivas y compartidas por amplias mayorías y dotada de nuevos métodos de participación y movilización, no se puede explicar sin ese trabajo previo. Hoy Guanyem Barcelona es la punta de un iceberg que confiamos se extienda a todo el Estado y se acompañe de un nuevo impulso de las mareas sociales presentes el pasado 22M en las calles de Madrid, para que el próximo año tengamos una gran primavera de la dignidad, en las urnas y en las calles.
Por supuesto que hablamos aún de proyectos. Pero no subvaloremos la capacidad de imaginar caminos de emancipación. La primera derrota es aceptar que no hay salida. No es cierto, tenemos un plan, sólo nos falta fuerza moral y método para desarrollarlo. Y de ambas cosas tendremos en Carmen sobrado ejemplo. Desgraciadamente, no podrá volver acompañarnos a Madrid, pero cuando un día de nuevo resuenen por los caminos millones de pasos indignados, sin duda su legado viajará en nuestros corazones.
Carmen sabía muy bien que las ideas no viven sin organización y también lo contrario, que las organizaciones sin proyecto acaban por disolverse de manera inexorable. Habíamos comentado, entre la nostalgia por aquellos espacios políticos y sociales que han perdido su sentido fundacional, que quizás hay que aprender a comportarnos como la serpiente que en los momentos de crisis de crecimiento, abandona la piel envejecida y dañada para dar paso a un nuevo envoltorio que le permita avanzar de forma más efectiva.
Seguro que hubieras hecho mucho más, pero lo que nos has dejado tiene un alto valor que no podemos sino reconocer con agradecimiento. El destino nos aparta de tu lado y tendremos que aprender a persistir sin tu ayuda. No será nada fácil, sabes que nunca hubiéramos aprobado que te tomaras estas vacaciones inesperadas.
Has luchado hasta el final. Hasta los últimos días has mantenido el optimismo, la calidez hacia su familia y compañeros, la fuerza de voluntad contra la enfermedad que quería destruirte. De hecho nos has dejado un último ejemplo al no darte nunca por vencida, incluso cuando las circunstancias eran totalmente adversas y la victoria casi imposible.
Como tú no sabemos si seremos capaces de cambiar un mundo amenazado de muerte por un capitalismo senil, que no deja de producir miseria, guerras, epidemias y desesperanza. Al contrario, sabemos que hay batallas que no ganaremos y que un día nos veremos forzados a tomar el camino que ahora has emprendido. Pero nos queda la posibilidad de seguir tu ejemplo para dar la cara hasta la ultima bala, por una vida digna para nosotros y las generaciones futuras, para intentar incluso cuando las posibilidades son pequeñas, persistir en el intento de la transformación para abrir paso a un porvenir de ciudadanos libres y nacidos iguales, sin fronteras, sin amos ni esclavos. Un mundo en que las personas puedan disfrutar y desplegar su potencial generosidad, fraternidad y creatividad, en armonía entre sí y con el planeta que nos acoge. Una comunidad en que todas las personas puedan disfrutar de lo que son y no sólo de lo que tienen.
Y cuando soñamos en ese futuro, al que no renunciamos ni en los momentos más adversos, nos damos cuenta de que tú ya lo habías empezado a crear entre nosotros. Tu manera de vivir, que ha sido semilla de futuro, pervivirá en la memoria de todos aquellos que te han acompañado.
Hoy nuestras banderas te despiden en tu último viaje bajando la cabeza, mañana cuando se desplieguen de nuevo al viento por las calles, llevarán la fuerza de tu alma rebelde, en cada lucha que nos espera.
Hasta siempre compañera Carme, gracias por habernos permitido caminar a tu lado!


1 comentario:

Juan Manuel Navarro Reina dijo...

Gracias compañerxs de Prometeo por acordaros de la compañera Carme Conill.
Un abrazo
Juan Manuel Navarro Reina