martes, 4 de noviembre de 2014

Un invierno de lucha contra el paro y la precariedad

Los movimientos contra el paro y la precariedad preparan un invierno de lucha en toda España

    El sábado 1 de noviembre tuvo lugar en la parroquia San Carlos Borromeo una asamblea de movimientos sociales contra el paro y la precariedad para empezar a darle forma a un invierno de lucha.
     Los parados y precarios organizados de Valladolid Parados en movimiento de Valladolid.), León, Burgos (Asamblea Asamblea Parados de Burgos) Madrid (Pinto, San Blas, Moratalaz, Torrejón, San Fernando de Henares, Móstoles, entre otras), Cataluña (Coordinadora de Desempleados y Asamblea d'Aturats del Baix Llobregat), Valencia (Parados Parados Paradas Camp de Morvedre), las Marchas de la Dignidad de Asturies y Aragon, los Campamentos Dignidad de Extremadura, la Acampada Dignidad de Córdoba, y otras organizaciones como Las Sillas del Hambre, la CGT, Arenci, Somos Más o el Partido Humanista, más otros colectivos impulsores de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por una Renta Básica estatal, han debatido las estrategias para un invierno caliente durante este sábado en el barrio madrileño de Entrevías.
    
Se avecinan tiempos de movimiento social porque la situación es inaguantable para millones de familias.
     La lucha por una renta básica se verá unida a la lucha contra la pobreza energética, por la vivienda digna y contra la exclusión social. Los movimientos tienen previsto preparar movilizaciones importantes que obliguen a los medios de comunicación y a toda la sociedad española a poner la debida atención sobre los amplios sectores de la población que están sufriendo de manera indignante la otra cara de la corrupción y el latrocinio de las élites.

Los datos de la última Encuesta de Población Activa vienen a demostrar que las políticas de precarización, desprotección social y empobrecimiento de la clase trabajadora que está llevando a cabo el gobierno de España están expulsando a millares de personas del mercado laboral, destruyendo lo que queda de trabajo digno y estable y generando empleos miserables que están haciendo cada vez más frecuente la figura del trabajador o trabajadora que, a pesar de tener un puesto de trabajo, sigue en la pobreza y la exclusión.Lejos de mejorar la situación de emergencia social, no dejan de profundizarla con un trasfondo obsceno de escándalos de corrupción que duelen sobre todo a las víctimas de este régimen que se ve forzado a hacer redadas masivas de políticos.


Estas son algunas de las propuestas en las que se ha hecho hincapié:
1. Ningún parado sin prestación.
2. Acabar con la burocracia que retrasa la ejecución de los derechos de las personas sin empleo.
3. Ni un desahucio de vivienda más.
4. No a la emigración forzosa de la juventud.
5. Acabar con la criminalización de los inmigrantes reconociendo su contribución a fomentar la riqueza del país.

6. Como medida muy urgente: no consentir el que haya familias que se queden sin los recursos energéticos necesarios para la supervivencia.
7. Establecimiento de una renta básica, incondicional y universal.
8. Apoyo a la semana de lucha de las marchas de la dignidad que se efectuará del 24 al 29 de Noviembre.

2 comentarios:

F. Franco dijo...

Estos ocho puntos están muy bien, no cabe ninguna duda y es algo que deberíamos asumir todos para luchar por ellos. Sin embargo yo como don erre que erre, sigo pensando que si se quiere conseguir algo para mejorar la sociedad, lo primero que hay que empezar es por producir los vienes y servicios que necesarios para esta sociedad.
Si se le quiere dar un jamón de bellota para cada uno, hay que empezar por criar el cochino, y antes por cultivar los chaparros para que echen las bellotas.
Se puede decir que no hace falta producir mas porque lo que tenemos es una crisis de superproducción, pero lo mismo se decía tras la crisis del 1929. ¿Y alguien puede pensar que en aquella situación se producía mas de lo que se necesitaba?
¡No! No, lo que no había era dinero para comprarlo, que necesidad si que había, y mucha.
Lo mismo ocurre hoy, aunque las circunstancias sean distintas. Por eso pretender cumplir esos ocho puntos es como pedir una carta a los Reyes Magos. Engañar a los de mas y lo que es peor a nosotros mismos.
Y conste que soy de la opinión de que deberíamos de hacer lo imposible porque se cumplieran.
Por lo tanto, pienso que tendríamos que empezar por:
Planificación de la economía.
Los mercados regulan la economía, pero su regulación oscila desde un precio de los bienes muy alto cuando existe escasez de un producto que muchos ciudadanos no pueden pagar, hasta un precio muy bajo llegando al extremo de tener que cerrar las empresas que lo producen.
Todos podemos apreciar como por ejemplo cuando un año se producen muchas cerezas su precio es bajo, mientras que el año que hay pocas el el precio es prohibitivo para la mayoría de la población.
Cuando baja el precio en exceso se termina por abandonar la producción e importarlo del exterior, llegando al extremo de un país como es el caso de Haití, que pudiendo producir el arroz necesario para alimentar su población tiene que importarlo, mientras los trabajadores están en el paro de brazos cruzados.
El gobierno debe planificar la economía para que la producción de los bienes y servicios se ajusten a las necesidades del país y protegerlos de la competencia del exterior.
La planificación puede ser solo de una manera general, con la financiación correspondiente para poder llevarla cabo dentro de una rama de la economía o planificar hasta cuando se le tiene que servir unas tijeras a un peluquero y toda una gama que queramos imaginar en medio. Pero se debe de planificarse.
La planificación debe de hacerse de una forma centralizada para todo el estado, desde el gobierno central.
No se pueden planificar los tomates que se necesitan producir en Almeria para toda la Europa del Euro, o de España sin tener en cuenta que también se producen en muchos otros lugares de España o de la Zona Euro.
Quien verdaderamente sabe las necesidades del país es el gobierno central mediante las estadísticas de que dispone. Así como una vez se tenga el conocimiento de la producción necesaria, donde es el lugar mas idóneo.
Puede cultivarse una planta en varios territorios igual, pero otra no, por tanto se tendría que reservar el que mejor se adaptara a esta segunda plata, o una mercancía se pude fabricar en dos zonas industriales igualmente, pero una tener mucho mejor acceso a los mercados una que la otra, o ser mas conveniente instalar una industria en una región del país que en otra por cualquier razón.
sigue

F.Franco dijo...

continua
La competencia esta muy bien en los deportes pero con respecto a la economía es una palabra que debería ser borrada del diccionario.
Otra cosa muy distinta es la productividad que debe de ser fomentada, para producir mas y con menos esfuerzo.
Para los trabajadores la competencia significa echar una poca carnaza para que nos peleemos por ella como si fuéramos perros. Aunque es necesaria, pero siempre que este regulada por el estado y no sea la competencia la que nos regule a notros.
En lugar de la competencia entre estados es preferible la colaboración.
No necesitamos ser los mejores en nada; nos basta con ser capaces de producir los bienes y servicios necesarios para toda la población de España incluidos los niños, los jubilados, pensionistas, inútiles que los hay y medio inútiles que también los hay.
En cuanto al comercio; esta basado en, enriquecerse cada país a costa de arruinar al vecino y esto tiene dos problemas.
Primero, que el vecino puede ser mas listo que nosotros y ser él, el que nos arruine a nosotros.
Y segundo que al arruinar al vecino tiene que dejar de comprar nuestros productos, y al no comprarnos nuestras empresas tienen que cerrar echando los trabajadores al paro, cavando con ello nuestra propia ruina.
Esto es inviable y es una de las causas de las crisis.
El comercio entre países debe basarse en algo tan antiguo como es el trueque, haciendo que el balance entre lo que se le vende aun país y lo que se le
compre este en equilibrio, sin que para ello sea necesario cambiar vacas por trigo como en la antigüedad, para eso hoy tenemos la moneda. De esta forma se puede seguir comerciando indefinidamente favoreciendo a los dos países.
Para el intercambio comercial con otros países es conveniente crear empresas publicas que se dediquen al comercio exterior.
Cuando en España es verano en Bolivia es invierno y viceversa. Por lo tanto cuando aquí es invierno y no podemos criar melones se podrían importar de Bolivia, y cuando en Bolivia es invierno, los podrían importar de España que es verano. Sin embargo un melón en invierno en España puede valer siete euros y eso es imposible que lo pueda pagar un jubilado boliviano que tendrá una pensión aproximadamente de 30 euros al mes.
Pero si una empresa publica de España compra una tonelada de melones al precio normal que se estén pagando y se los regala a Bolivia, los jubilados de este país si los podrán comprar, y cuando llegue el verano en Bolivia esta devolverá la tonelada de melones a esta empresa publica que la venderá en España al precio de los siete euros.
Lo mismo ocurre con el petroleo, cuando lo compra una empresa privada que lo compra en donde mas cuenta le tiene, sin importarle que España lo pueda comprar en otro país a cambio de otras mercancías producidas aquí, aunque pueda ser menos ventajoso.
Un barril de petroleo es un barril de petroleo en cualquier parte del mundo, y un tractor es igualmente un tractor también en cualquier punto de la geografía terrestre.
Una empresa publica podría comprar la energía que necesitamos comprar unos 45.000 millones de euros al año, (equivalentes a un millón de puestos de trabajo durante un año) y pagar con mercancías hechas en España que estos países productores de energía necesitan comprar, aunque puedan salir un poco menos ventajosas.
Por otra parte de esta forma no importa si una moneda sube y la otra baja.
3 Deuda publica.
Hacer una auditoria de la deuda publica de España.
Según los medios de comunicación la deuda española es algo mas de 900.0000 millones de euros. Y la suma de los intereses que se deben pagar para este año se estima que es de unos 39.000 millones de euros.
Los bancos españoles tienen una deuda con e