miércoles, 25 de febrero de 2015

POZO CON DOS BOCAS

                                                    fuente: El Espectador

Juan García Ballesteros,
 Presidente del Colectivo Prometeo y miembro del FCSM
En casas tradicionales andaluzas, todavía vemos “pozos con dos bocas”. Son pozos colocados en la medianera de tal forma que el costo se repartía entre las dos casas y los vecinos de ambas disfrutaban de su agua propia en tiempos en que la única posibilidad era ir a las fuentes públicas para abastecerse.
La transición del 78, pozos con bocas construido desde fuera, ha contribuido a que los dos partidos mayoritarios (PP y PSOE) vayan turnándose y abasteciéndose del agua del poder sin que en estas casi cuatro décadas hayan tenido ningún otro partido que les pudiera hacer sombra y tener la posibilidad de tomar la soga del pozo y poder repartir el agua a la inmensa mayoría de la población. Durante estos 37 años la ciudadanía, que ha marcado a cuál de los dos partidos le correspondía tirar de la soga, el agua la han repartido tan mal que han sido los que ya tenían su propio pozo los más beneficiados para acaparar más agua, mientras que la mayoría de la ciudadanía se ha visto privada del agua necesaria e imprescindible para vivir: sueldo digno, derechos laborales, vivienda, derecho a los servicios públicos (sanidad y educación), dependencia, paro,…
El bipartidismo no quiere soltar la soga. Han vivido demasiado cómodos, haciendo y deshaciendo a sus anchas. El pozo, casa particular de los poderosos aunque tire de la soga el bipartito, con su poder económico, político y social, esconde no sólo aguas pestilentes, sino que se ha apoderado de otros pozos (justicia, fuerzas de seguridad, hacienda, medios de comunicación,…) que controlan a su antojo y que utilizan para salvar sus desafueros, beneficiar a sus compinches (banqueros, grandes empresas, ricos,…) y atacar a los adversarios.

Pero desde hace un año aparece un partido que aspira a tomar la soga y repartir el agua entre la inmensa mayoría de la gente. Esta posibilidad pone muy nervioso al bipartidismo que se siente amenazado y plantea una auténtica guerra mediática para hundir la posibilidad de cambio.
Es una guerra informativa muy desigual. La casi totalidad de los medios de comunicación tradicionales (prensa, radio y TV) son propiedad de la derecha económica y la oligarquía empresarial. Dispone de artillería pesada para combatir a los que no consideran sus adversarios políticos, sino sus enemigos. Estos sólo utilizan las armas de la argumentación y el razonamiento para contrarrestar la ofensiva. Y como todo vale en esta guerra, los partidos del régimen y tertulianos, estómagos agradecidos, disparan con falacias y mentiras, machaconamente, contra todo aquel que pone en cuestión un sistema político corrupto, antidemocrático y anticonstitucional que atenta contra los DD.HH.
Si la denigrante campaña que han orquestado contra J C Monedero la hubieran montado contra los miles de corruptos que campan a sus anchas tanto en el PP como en el PSOE posiblemente hubiera caído más de un Gobierno y las cárceles estarían llenas de políticos sin escrúpulos. Saben que Monedero es muy peligroso porque es un intelectual comprometido con la acción, un intelectual orgánico (como diría Gramsci) en defensa de las clases subalternas, a las que han dejado sin voz y sin derechos en las últimas décadas. El que, junto a él, otros intelectuales orgánicos (Iglesias, Errejón, Valiente, Bescansa, Echenique, Rodríguez,… ) hayan creado un partido, Podemos, para oponerse a esta salvaje crisis que tanto daño está haciendo a la inmensa mayoría de la ciudadanía y, además, proponer alternativas viables, democráticas y populares, planteando la posibilidad de un cambio real del régimen monárquico de la transición, ataca directamente a la línea de flotación del bipartito.
La lupa gigante del miedo aplicada por los medios de desinformación de la derecha económica a los dirigentes de Podemos no tiene parangón en nuestro país. Las portadas continuadas en las que colocan a sus dirigentes con falsas acusaciones y mentiras, contrasta con los miles de imputados (algunos condenados) tanto del PP como del PSOE con acusaciones gravísimas de fraude fiscal, malversación de fondos públicos, prevaricación y falsedad documental y que no aparecen nada más que de pasada en estos medios. Saben que los ríos de tinta gastados para demostrar que ”todos los políticos son iguales” les pueden servir para salvar muchas cabezas de empresarios, altos dirigentes políticos y banqueros. Temen que Podemos, si llega al Gobierno, levante las gruesas alfombras de la corrupción y que las instituciones del Estado, sean judiciales, administrativas o políticas, se pongan al servicio de la limpieza del país de corruptos, ladrones y mentirosos. Temen que la basura acumulada en los despachos y cuentas bancarias (aquí o fuera) de estos dirigentes sirva para meterlos en prisión y obligarles a devolver lo robado.
Antes no, pero cuando se dan cuenta que la amenaza se hace palpable, que Podemos va a acabar con el bipartidismo, cuando ven peligrar sus privilegios, intereses e influencias, emanados de una caducada y tramposa “transición democrática”, echan mano de todos los resortes de su poder para atacar ferozmente a sus adversarios-enemigos políticos, aunque en realidad no existan razones sustanciales, sino cuestiones menores y que como se está demostrando no implican imputación, ni delito alguno.
Cuando sus propias mentiras, sus corruptelas, sus mangoneos, sus incumplimientos son tan palpables, tan indiscutibles y aunque se disfracen de olvidadizos, de ignorar sus públicas vergüenzas mirando para otro lado y se presenten como “salvadores de un pueblo al que destrozan”, está claro que la inmensa mayoría de la gente ya no los cree. Los ataques contra Podemos se les están volviendo en su contra y este partido seguirá avanzando porque es la última apuesta que les queda a millones de personas que desean y necesitan cambiar esta dura situación.
Nuestro país necesita una limpieza a fondo, una regeneración de la vida pública, un cambio de sistema que devuelva la ilusión, la alegría y la esperanza a esos millones de españoles sin trabajo, a esos cientos de miles de jóvenes emigrantes, a esos miles de desahuciados, a muchos cientos de miles marginados de los servicios públicos imprescindibles, a esos millones de excluidos sociales y a todos los que obligan a perder su dignidad por un puesto de trabajo esclavo, pero necesario para su supervivencia.
Podemos ha abierto el camino y está en marcha. Pero será tragado por este régimen monárquico de la transición si no cuenta con un fuerte apoyo social. Este camino debe ser la confluencia de diferentes partidos, sindicatos, colectivos, plataformas y mareas, la unión de la inmensa mayoría de la ciudadanía que sufre en sus carnes la loza de la austeridad y los recortes. Sólo así, despertando la conciencia, movilizando y luchando entre todos seremos capaces de transformar esta realidad y conseguir una sociedad más justa, más democrática, más igualitaria, más libre, más participativa, más fraternal.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tenemos un problema grande y del que me preocupa bastante, con todos aquellos que estan desahuciados, o al menos eso creo yo, y digo esto porque en el momento que pierden las vivienda estas familias, pierden su empadronamiento, y cuando pierden este, ¿ Donde pueden votar? ¿O estoy yo equivocado? ¿ Se pueden empadronar todos en las casas de sus familias o amigos? Si no es así me corregis. Son miles los que han perdido sus casas, como votos que puede perder el partido de Podemos, ya que estas personas, creo que no votaran a los gobiernos que estan implicados en sus desahucios, como el PP$OE, y realmente el partido les necesita tambien. Un saludo.

Anónimo dijo...

Pues es cierto lo que dices.